miércoles, 29 de julio de 2009

Matemagia: una familia muy fractal



Mi hijo y yo nos hemos divertido estos últimos días jugando con dos programitas gratuítos para generar fractales. El resultado es este primer vídeo con una recopilación de nuestras creaciones conjuntas. Los programas, infinidad de ejemplos, videos, tutoriales y mucho más pueden verse en EL RINCÓN DE LOS FRACTALES, una red social creada por usuarios aficionados ( ésta es mi página ) en torno al fascinante mundo de los fractales que un científico describió alguna vez como "matemagia", por su conjunción mágica de formulación matemática y arte . Una más que recomendable, terapéutica y refrescante experiencia creativa para sobrellevar (entre otras cosas) estos días de canícula y sopor estival.

domingo, 26 de julio de 2009

Dos Haiku

Rescato estos dos hermosos haiku que mi amigo y vecino Rafael Moreno me dejó tiempo atrás en un comentario a raíz del fallecimiento de su propia madre , cuando este blog comenzó a existir en los mapas de la blogosfera y yo aficionarme a escribir haikus, precisamente en los días difíciles en que supe de la enfermedad que finalmente se llevó a la mía el pasado 11 de Julio. Me gustaron en su momento, pero ahora es cuando los he sentido y entendido triste y plenamente.
Aprovecho el post para agradecer las emotivas palabras que tanto aquí como en otros sitios me habéis dejado. Gracias.

Mi madre se va.
Nada lo puede impedir
salvo mi ensueño.

Dista un suspiro
entre la vida fugaz
y el olvido

viernes, 17 de julio de 2009

El silencio de la vieja Singer de mi madre



De un tiempo a esta parte las aguas que rodean esta ínsula son mas amargas que dulces. Hay momentos en la vida en que suceden cosas, cosas importantes, cosas que marcan un antes y un después en la forma de ver y sentir el mundo. Cosas que tal vez le sucedan -tarde o temprano, esperada o inesperadamente- a todo el mundo. Me refiero al vacío y al punzante dolor que dejan las ausencias, los silencios de nuestros seres queridos. Las lágrimas de la felicidad son dulces pero las del dolor, amargas.

Porque la idea o el sentido de la muerte tiene muchas caras. Es poliédrica en su concepto y no todas las culturas y pueblos la viven, celebran, dramatizan o conmemoran de la misma manera. Pero no me interesa ahora esa parafernalia. De lo que quiero hablar es precisamente de ese amargo vacío, ese extraño retortijón que te produce el dolor de una ausencia, la presencia de un doloroso vacío.

Uno puede sobrecogerse ante la contemplación majestuosa e infinita de la bóveda celeste o abrumarse ante la inmensidad y vaciedad de un desierto, pero la sola visión de aquella habitación "llena" de vida ausente me ha hecho tocar casi con los dedos la infinitud del vacío, el verdadero e invisible dolor de la muerte.

Nunca creí que me sucediera esto. No soy creyente ni profeso religión alguna ni pienso en paraísos ni reencarnaciones. Sólo sé que me sorprendo a mi mismo viendo cómo una extraña porción de mi conciencia se niega a creer que la muerte te arrebate para siempre a un ser querido. Quedan los lugares, los espacios, los objetos, las voces, los ruidos....que te hablan, te susurran cosas con su amargo y definitivo silencio.

Como en la imagen que ilustra el post, veo aún sus gafas y aquella vieja máquina de coser Singer que mi madre tuvo tantos y tantos años, no la que tenía ahora más moderna. Cierro los ojos y escucho el omnipresente ruido del pedal y la rueda de la máquina que recuerdo como gran parte de la banda sonora de mi vida. Veo el ovillo de hilo y en él , el hilo de Ariadna que me ha sacado de tantos laberintos, que me trajo al mundo, me dio un nombre, me cuidó, me vistió, me alimentó y estuvo siempre cerca en las duras y en las maduras, en la cercanía y en la distancia...

Como dolorosos pespuntes en mi conciencia,  repaso aquellas cosas que tal vez debí decirle y nunca le dije, en las cosas que en algún momento o circunstancia de mi vida le hicieron daño, en mis largas ausencias, en mis propios silencios...

Como a la velocidad que cosía la vieja singer de mi madre, mis pensamientos y mejores recuerdos viajan hilvanando una imagen tras otra y dejando el traje de su  vida y su recuerdo inmaterial definitivamente cosido a mi piel...

El pasado día 11 de Julio los ojos maternos que me vieron nacer se cerraron para siempre.