lunes, 29 de noviembre de 2010

De viajes, arte y cuentos mayas


Hace ya bastantes años me embarqué en la aventura de recorrer durante un mes el sur de México en compañía de un viejo amigo, principalmente entre los estados de Oaxaca, Chiapas, Teuantepec y Tabasco. En dicho viaje, entre otras cosas, quedé prendado del arte, la gastronomía y la cultura de las civilizaciones mesoamericanas, en particular del espectacular legado artístico y cultural de los pueblos mayas. Debido a ello, mi arte a partir de entonces sufrió un cambio espectacular: mi dibujo se simplificó, mis lienzos fueron invadidos por animales y figuras antropomórficas y mi paleta de colores se redujo durante muchos años a tonos ocres, tierras, rojos, blancos o negros, como el dibujo "Lágrimas de Minotauro" que encabeza este post, fechado alrededor de 1996. Poco tiempo después hice una recopilación de cuentitos mayas que encontré por internet con la idea de ilustrar y haber una pequeña publicación para regalar a mis amistades. En las distintas hecatombes informáticas que he sufrido creí haber perdido este proyecto pero felizmente el otro día lo encontré agazapado en uno de esos viejos disquetes negros de informática. Me hizo mucha ilusión y aquí está, en forma de publicación online. Recomiendo que se haga doble clic y se vea en sitio web de Calaméo y allí clicando en "leer publicación", mejor a pantalla completa (un icono en forma de recuadro gris que aparece arriba a la derecha , junto a otros iconos de la página)




Y ya, algunos años después, empecé a ilustrar un cuentito para mi hijo inspirado en una de las Fábulas de La Fontaine "La liebre y las ranas", pero con una evidente influencia de algunos de aquellos maravillosos cuentitos mayas.

martes, 23 de noviembre de 2010

Microficciones (II) : El pozo sin fondo


Fotografía: Photobucket

De pequeño soñaba con descubrir los grandes misterios del mundo. Recordando que una vez siendo niño (en el "fondo" lo seguía siendo) arrojó una piedra al fondo de un oscuro pozo y no llegando a escuchar durante horas y horas el ruido del impacto, dedujo con toda la lógica del mundo que el pozo atravesaría la tierra de cabo a rabo. Siendo un científico célebre y longevo volvió a aquel pozo de su infancia y se preparó para el viaje final de su vida: reposar bajo tierra, mejor dicho, en el centro mismo de la Tierra.

Por sus cálculos matemáticos, daba por supuesto de que el pozo estaría lleno de aire y que la caída no sería tan brusca puesto que una vez que el cuerpo alcanzara una cierta y calculada velocidad terminal, la resistencia del aire le impediría seguir acelerando. La inercia le haría atravesar el punto central del gigantesco túnel terráqueo, superarlo y seguir cayendo (o ascendiendo , pensaba él, si alguien lo intentara desde el Polo Sur). Dedujo además que el punto en el que se detendría para volver a caer hacia el centro del planeta sería cada vez más cercano a éste.

Lo había repasado bien. Habían sido años de estudios en la prestigiosa Universidad de Gotinga, cuna de las mas ilustres mentes matemáticas de todos los tiempos. Había escuchado una y otra vez decir que si llegas a la velocidad “c”, te conviertes en energía. Eso, para el octagenario investigador no tenía nada de científico ni concordaba con sus observaciones con respecto a la caída de los objetos en un AN, no hay ni masa infinita ni transformación en energía.

Mientras tanto, ideas y reflujos de ideas le pasaban por la cabeza a velocidad de vértigo:

(1) Supongamos que estás en caída libre, la velocidad aumenta para la referencia externa (quien te mira desde afuera), pero en tu cápsula, sin mirar el exterior (referencia externa), no verás que tu reloj marcha más lento (como algunos piensan), tampoco sabrás si estás en caída libre o flotando en el espacio.

(2) Un cuerpo humano cayendo en caída libre desde un avión se acelerará debido a la gravedad, pero en su rozamiento con el aire la fuerza de resistencia al avance del viento crece con el cuadrado de su velocidad de caída. Por eso si puede abrir un paracaídas, al aumentar drásticamente la superficie que se opone al viento la "velocidad límite" se reduce y es límite porque no seguirá acelerando y bajará con velocidad constante o uniforme. Cuando no abre paracaídas tal condición la alcanza en los 200 km/h aproximadamente, dependiendo de la posición en que se ubica y si tiene algún traje especial para volar mientras cae, etc, etc, etc...

Finalmente, tras sus muchas disquisiciones, estaba convencido de que quedaría en ingrávido y perpetuo reposo en el centro de la Tierra (al menos hasta que a otro "iluminado" se le ocurriese saltar al pozo y lo arrastrara en su vertiginosa caida). Era su sueño. En las crónicas del lugar hablaron de suicidio… lo cierto es que nunca apareció su cuerpo, sólo un montón de apuntes dispersos en su vieja pensión.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Crónica de un instante (II) :Ícaro y Brueghel El Viejo


Un instante: La triste historia de Ícaro es bien conocida. Siendo breve contaré que Ícaro fue hijo de Dédalo, ingeniero, inventor y arquitecto que construyó el sofisticado laberinto para el rey Minos en Creta y donde el héroe Teseo ayudado por la astucia y el famoso hilo de Ariadna, consiguió vencer al terrible Minotauro. Así es la mitología, los personajes y los dioses estan enredados unos con otros como los bigotes en un plato de gambas. Historias dentro otras historias. Pero volvamos a Ícaro... Dédalo fabricó para ambos unas alas untadas con cera para poder abandonar la isla de Creta donde estaban presos (el rey Minos los encarceló en una torre para salvaguardar el secreto de la construcción del laberinto ) .Una vez sobrevolada la isla, Ícaro sintió el deseo de alcanzar el sol y abandonó a su padre. La cera de sus alas se derritió y cayó en picado al mar...

Otro instante: observemos esta tabla al óleo atribuida al pintor flamenco Brueghel el Viejo, actualmente en el Museé du Beaux Arts de Bruxelas. Vemos el paisaje con una apacible bahía al atarceder, con una cuidad costera y varios barcos meciéndose sobre el suave oleaje. Un campesino se afana labrando la tierra con su arado tirado de un caballo percherón tordo. Más al fondo un pastor mira las musarañas o escudriña el cielo observando las amenazantes nubes que se ciernen sobre él y sus ovejas. Y un pescador que lanza su caña al mar. Pasaría por una escena idílica flamenca, humana en su intrascendencia, un instante sin historia robado al tiempo sin más si no fuera porque el cuadro se llama "Paisaje con la caida de Ícaro". Si observan junto a la carabela unas piernas se agitan desesperadamente y sin auxilio posible hundiéndose en el fondo del mar. Efectivamente, bajo esas piernas el cuerpo de Ícaro se ahoga .

Tercer y último instante: La humanidad vive ajena a los avatares y caprichos de los dioses que, desde entonces, seran sólo pretexto para poetas y pintores. La vida sigue, el labrador cultiva la tierra y el pastor mira las musarañas. Ajenos a dramas y cuentos. Aquellos inmortales dioses y héroes viven su caida en picado, su ocaso en la historia. Un instante de lucidez en la crónica de la historia.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Crónica de un instante (I)



Dicen que una imagen vale mas que mil palabras. Puede que en contadas ocasiones sea cierto, esta vez no. Una foto es la crónica, la miniatura congelada de una décima de segundo, el tiempo que tarda en disparase y registrase la imagen. Pero siempre hay un antes y siempre hay un después. Crónicas que merecen o no contarse. No hace mucho acompañé a mi progenitor - campesino, trabajador de la tierra desde que tenía uso de razón- a visitar unos terrenos de cultivo,que por circunstancias de la vida, llevaban varios años sin labrar, abandonados a su suerte, a los jaramagos (era primavera tardía) y a los pájaros del campo. Tierras que llegaron a él pasadas de mano en mano de sus padres y a éstos ,a su vez ,de lo suyos.

Estuvimos los dos en silencio - padre e hijo- sin decirnos nada. Puede que fueran minutos puede que fueran horas. Quién sabe. Fue una medida del tiempo difícil de cronometrar por las horas de un reloj. Pude ver la tristeza en sus ojos, pude adivinar lo que le pasaba por la cabeza a mi padre. Imaginé cómo, ante él, estarían desfilando a velocidad de crucero todos esos momentos, todos esos instantes, horas , días y años que dedicó a sacar fruto y ganancia de ésta y otras tierras. Él, ya viejo, ya jubilado e inválido viendo, hasta donde le alcanzaba la vista y la memoria, cómo se ha consumido ya su tiempo y su esfuerzo presintiendo -con razón- el fin de un ciclo, el fin de una forma de vida pegada a la tierra, a sus luces y sus sombras.

Y a su vez, yo en silencio a su espalda, pre-sintiendo ante mí esa misma ráfaga de la memoria, soplándome con fuerza en la cara, la misma que cuando era pequeño me daba en estas mismas tierras cuando tomaba un respiro de las arduas, pesadas y repetitivas tarea agrícolas: cuando la poda, cuando la recogida de sarmientos, cuando hacíamos el "cisco" para tener lumbre en casa, cuando la vendimia, cuando....

Yo entonces era un niño que soñaba siempre estar en otra parte.

Han tenido que pasar cuarenta años para ahora sentir esto. Allí, en silencio de pájaros e insectos, perdido en un tiempo sin tiempo, hasta que mi padre con un lacónico " ¡Vámonos!" puso fin a ese silencio y a la crónica de ese instante. No hablamos durante el trayecto de vuelta al pueblo . A decir verdad, nunca hablábamos mucho.


jueves, 11 de noviembre de 2010

Experimentos audiovisuales (II):Fotobabble

He escogido para experiementar con esta sencilla aplicación, Fotobabble, una de mis viejas acuarelas para ilustrar un fragmento de poema de Vicente Aleixandre.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Experimentos audiovisuales (I): MotionFx

MotionFx es una aplicación online que te permite hacer experimentos multimedia aplicando efectos y combinando tus imágenes, músicas y vídeos. He seleccionado un vídeo de Youtube para hacer mi primer experimento con esta aplicación: "Muybridge Nº 2". Pincha en la imagen del video para acceder al audiovisual. La razón de que esté en otro post es porque no se puede desactivar el audio y puede resultar molesto para leer o ver otros vídeos del blog

martes, 2 de noviembre de 2010

"Digital": Nuevas narrativas, nuevos discursos



Conocí este vídeo gracias al colectivo sevillano ZEMOS98 (www.zemos98.org), que en su séptima edición (ya van por la decimotercera, "Progresa adecuadamente") y bajo el lema "Un espacio y tiempo para la inteligencia colectiva" editaron un DVD bajo licencia Creative Commmons BY-NC en el que se incluía "Digital", este trabajo de León Siminiani como parte del cartel de la Sección Oficial del Festival que se celebró en Marzo de 2005 en Sevilla. En él su autor nos propone una seria reflexión acerca de los profundos cambios que se están operando a través de la revolución digital y sus consecuencias en la vida social. "Digital" ha obtenido numerosas distinciones, entre ellas las siguientes: Festival de Cine Digital de Chile 2005 (Mejor Cortometraje Documental); Sagunto 04 (Premio del Jurado); Radio City 04 (Mejor Cortometraje); CORTArTE 04 (Mejor Documental); Enkarcine 04 (Mejor Documental). Creo que ya en una anterior ocasión hable por esta ínsula de "Digital", pero me apetecía verlo y compartirlo de nuevo.